sábado, 7 de junio de 2008

El juego del hombre

¡Queda sólo un minuto y el juego todavía sigue empatado!

Hay que ir preparando los corazones porque se vienen los penaltis.

Ha sido un juego muy emocionante, digno de una final.


No ha importado que sean chavales de ocho años, nos han hecho vibrar con entrega, pasión y tres goles por equipo. Realmente, las dos escuadras merecen llevarse el campeonato. ¿Ven ese trofeo plateado que está ubicado afuera de la cancha, exactamente en el medio campo?, pues yo lo cortaría a la mitad y le daría una parte a cada capitán de equipo.

Pero va a ser que no, porque sólo tiene que haber un campeón. Y estamos a 45 segundos de que concluya el tiempo reglamentario y demos paso a los penaltis.

¡Pero esperen!

Joaquín ha recuperado el balón al centro de la cancha… ¡hay peligro de gol!

Recordemos que este chaval ha puesto las tres asistencias de gol para su equipo. Bueno, decir “asistencias de gol” es cometer un acto de injusticia: este chaval ha hecho todas las jugadas; sus compañeros, sólo han empujado el balón a las redes.

¡Avanza Joaquín!
Se burla a un rival cambiando el balón de su pierna izquierda a la derecha. Joaquín sigue con el balón controlado.

Quedan treinta segundos en el reloj.

¡Túnel al siguiente rival!
Sigue Joaquín con el balón en su posesión.

Los aficionados de su equipo se alborotan; los del equipo rival, se ponen histéricos; los padres de Joaquín, se muerden las uñas.

Quedan veinte segundos.

Joaquín hace un quiebre, digno de cualquier crack de fútbol, con el que ha dejado a dos rivales más en el camino. Ha llegado a las afueras del área grande, ¡puede disparar desde ahí! No olvidemos que ya ha cimbrados los postes en dos ocasiones el día de hoy.

Una nube de expectación y nerviosismo se cierne sobre la cancha.

Quedan 10 segundos.

¡Vaya jugada que se ha inventado Joaquín!
¡Me pongo de pie! Vaya técnica, inteligencia e imaginación del chaval.
Quedaban sólo tres defensas entre él y el guardameta. Dos le salieron al paso. Joaquín fintó con el disparo, los dos defensas le dieron la espalda, entonces Joaquín se hizo un autopase “brincando” el balón por encima de ellos; así, entró hasta el punto de penal. El último defensa se barrió a la llegada de Joaquín pero éste, sin dejar que el balón tocara el césped, lo jaló con la parte externa de su pie derecho y ha quedado solo frente al portero. ¡El gol está cantado!

Habrá nuevo campeón en la liga infantil pero la mejor noticia es que ha nacido un nuevo crack del futbol.

Todo el público ha enloquecido.
El portero se ha quedado como estatua.
El tiempo ha concluido.

¡Joaquín…!

¡¿Qué ha hecho?! No me lo creo.

¡Por mi madre que no me lo creo!

No, no, no… ¡¿Cómo pudo…?!

No tengo palabras para narrar lo sucedido. Necesito tiempo para tomar aire y entender lo que ha pasado.

¡Es que no me lo creo! Nunca en mi vida había visto algo parecido.

Cuando Joaquín se había inventado la jugada de fútbol más hermosa que he visto en mi vida, cuando tenía la gloria en sus pies, cuando sólo era cuestión de tocar el balón para mandarlo al fondo de la portería…
¡ha dejado todo por ir a perseguir a una ardilla que pasó corriendo por el campo en ese momento!

¡Y lo que es peor!

El resto de los chavales también han corrido detrás de la ardilla.

Estoy indignado.
Estos niños no saben nada de fútbol.


Atzin

2 comentarios:

chimoeneas dijo...

jo, me he emocionado. si no fuera por la clase que tiene el niño, podría ser yo perfectamente (sobre todo por el tema de la ardilla). gracias!

Atzin dijo...

Eh, eh, nada Chaval, eres tú el inspirador del cuento y, como ya te lo dije, está dedicado a ti por tu cumple.
M.