lunes, 16 de noviembre de 2009

Villanovense: una profecía hecha realidad (o casi)

Hay equipos cuyo sino es estar abocados al sufrimiento. No, no estoy aludiendo al Atlético de Madrid o a cualquiera entrenado por Capello: estoy hablando del Club de Fútbol Villanovense (o Villanovense a secas).
El Villanovense siempre ha sido un club humilde y ejemplarizante. Humilde por su procedencia, por su presupuesto y por sus resultados; ejemplarizante por representar mejor que nadie el refrán "cabeza de ratón, cola de león". En efecto, durante años ha demostrado su capacidad para ubicarse sin problema alguno en los primeros puestos de la tercera división (ese grupo XIV que servidor consultaba cada lunes), una capacidad que desaparecía en cuanto la fase de ascenso asomaba por la puerta y el equipo, casi siempre, terminaba siendo eliminado. Sólo en dos ocasiones logró el Villanovense pasar la temida fase de ascenso y arribar a la tierra prometida de la segunda B. En tales ocasiones el equipo fue vapuleado inmisericordemente, finalizando ambas temporadas en una poco decorosa decimonovena posición.
En junio de este año, en su tónica habitual, el Villanovense no consiguió vencer al San Roque. El conjunto onubense, en brusca remontada, le endosó un 1-3 en la ida que, por desgracia, se convirtió en un lastre para el encuentro de vuelta. Una vez más, la cabeza de ratón había sido destrozada por un gato. O eso parecía.
Allá por agosto, el Mérida, clásico equipo regional donde los haya, descendía por deudas. La legislación (?) futbolera decidió que, a falta del pan pecholata, buenas eran las tortas de La Serena: dado que el Cerro de Reyes y el Cacereño habían subido por méritos propios a segunda B, y que la plaza del Mérida debía recaer en un club extremeño, el Villanovense -tercero en la clasificación tras los conjuntos capitalinos- fue elegido para suplir al equipo romano.
Nada más enterarme, escribí lo siguiente en Tüíter: "al Madrid (con todo el dolor de mi corazón) nos lo vamos a zumbar en el Romero Cuerda". Me refería a la Copa del Rey, creyendo que sería irónico e imposible que un club de segunda B eliminara a la galaxia blanca (ejem, ejem). El Villanovense no pudo jugar la Copa del Rey -el Mérida retuvo ese, digamos, privilegio- y, obviamente, no se transmutó en el Alcorcón. Pero, en cierto modo, mi profecía acabó cumpliéndose.
Este fin de semana, el Villanovense de mis entretelas derrotó en el feudo del Romero Cuerda al Real Madrid (bueno, al Real Madrid Castilla) por uno a cero. Se erige, asimismo, en el mejor equipo extremeño del momento, si bien este último dato carece del mérito alguno.
Desde aquí no voy a sacar pecho por nada (la temporada es corta), ni gritar como un salvaje (uno tiene su educación), ni levantarme la camiseta y mostrar mensajes merecedores de tarjeta (compren De Mojáfar a Castilnovo). No. Desde aquí, en cambio, reclamaré sosegadamente que Chimo, de una vez por todas, cambie la imagen que me identifica en este blog, sustituyendo el escudo madridista por el del Villanovense.
O eso, o se queda sin engrosar su colección de camisetas: tú mismo, Chimo.

martes, 25 de agosto de 2009

Mi equipo de fútbol de todos los tiempos (o, soñar no cuesta nada)

Imitando la idea de un comercial de conocida marca deportiva, hace algunos meses mi amigo –y autor intelectual de este espacio- Chimo publicó en su blog un post sobre los jugadores que él escogería para confeccionar un equipo de fútbol donde -¡faltaba más!- él también formaría parte de la plantilla.

Inspirado en tan interesante forma de encauzar los gustos futbolísticos (o sea, perder el tiempo), quien esto escribe expondrá a continuación el equipo que ha formado siguiendo los parámetros de las fantasías más recónditas (futbolísticamente hablando, se entiende): el único e inigualable Atzin CF de TT (Atzin Club de Fútbol de Todos los Tiempos).

Bajo un inamovible esquema de juego de 3-5-2, los jugadores del Atzin CF de TT alinearían de la siguiente forma:

En la portería, Jorge Campos (además de buen atajador y excelente ubicación, sabe jugar con los pies, lo cual es necesario para un equipo que siempre apostará por adelantar líneas).

En la línea defensiva, el trío se integraría por Paolo Maldini, Carles Puyol y Franz Beckenbauer. Es decir, liderazgo, entrega y clase.

El mediocampo se conformaría, en su contención, por Lothar Matthäus (un todo terreno) y por Johan Cruyff (visión total del campo). Delante de ellos, Zinedine Zidane se plantaría como director de la orquesta, secundado a la izquierda por Diego Armando Maradona y por Andrés Iniesta a la Derecha.

Finalmente, en la delantera estarían, detrás del delantero principal, Marco Van Basten y, como capitán, goleador, cobrador oficial de penalties y tiros libres, director técnico, mejor pagado y estrella del equipo, su amigo y servidor.

De manera que la alienación del Atzin CF de TT quedaría de la siguiente manera:

---------------------------Jorge Campos-----------------------

---Franz Beckenbauer---Paolo Maldini---Carles Puyol-

------Lothar Matthäus------------Johan Cruyff-------------

--Andrés Iniesta--Zinedine Zidane--Diego A. Maradona--

-----------------------Marco Van Basten-------------------

-----------------------------Yo Mero-------------------------

Los 10 suplentes del equipo (porque yo siempre jugaría, aunque fuera lesionado) serían:
Iker Casillas (Portero)
Ronald Koeman (Defensa)
Fernando Hierro (Defensa)
Claudio Suárez (Defensa)
Pep Guardiola (Mediocampista)
Fernando Redondo (Mediocampista)
Michel Platini (Mediocampista)
Pavel Nedved (Mediocampista)
Roberto Baggio (Mediocampista)
Pelé (Delantero)

¿A qué no hay ningún guapo que pueda con nosotros?

Atzin

Ganaremos sin bajarnos del autobús. Helenio Herrera

lunes, 15 de junio de 2009

Cristianismo y fúrgol

Dos cristianos, dos, ha fichado el ser superior, el verbo hecho carne embutida en traje gris, el profeta inmaculado de la burbuja inmobiliaria, el emperador cuya corte sólo conforman bufones y aduladores. Dos cristianos, dos, se ha agenciado Florentino Pérez. Por un lado, Kaká, una especie de atleta de Cristo, beatífica ONG andante; por otro lado, al mismísimo Cristiano Ronaldo, por el cual se ha depositado un óbolo semejante a los ingresos del mismísimo Vaticano en concepto de visitas turísticas y vigilancia pro decencia y recato, no sea que a alguna mala pécora descarriada se le vean los hombros.
Como apuntaba, estos dos cristianos han ingresado en la monástica disciplina del equipo blanco, níveo celestial. Ambos han costado un potosí y ello ha motivado que desde determinados sectores tripletistas y tritranquilos (hasta trifásicos, ojo) se haya iniciado una campaña a lo Hulk Hogan, ya saben, el Schuster del ring que se rasgaba las vestiduras.
Y yo seré madridista, pero a mí me importa bien poco saber de dónde obtiene tanto dinero el amigo de Aznar. Vale que ciento sesenta milloncejos de euros son muchos para un mortal como yo, pero para el tito Floren son mísera calderilla. Además, son los euros del Madrid, no de los contribuyentes -por mucho que la Iglesia haya insistido, con la equis no se ha fichado a ninguno de estos cristianos-, por lo que hablar de moralidad o ética en casos como éste resulta tan absurdo como buscar dichas ética y moralidad en un puto llama y gana a las tres de la madrugada mientras se zapea en pos de una porno que llevarse a la boca (entre otras partes de nuestra humana anatomía).
Ciertamente, es una obscena y antológica burrada pagar semejante pastizal por dos seres vivos: tan burrada como todo gasto militar, como financiar a la Fundación Francisco Franco o como los indecentes beneficios de empresas -y empresarios- encantados con las apocalípticas y desmesuradas alarmas de la gripe del verraco.
Ahora bien, lo peor de esta fanática y prosélita ola de cristianismo que invade la galaxia está por llegar. La prensa rosa (y la no tan rosa) ya se prepara para hocicar en la mierda, dispuesta a sobrepasar todos los límites de las reclamadísimas ética y moralidad.
Vive Dios, es que ya no se respeta ni lo más sagrado...

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Alcanzando el Zenit

Le ruego perdón a quien esto leyere por tres motivos, a saber: la duplicidad de este artículo (publicado a su vez en el desfachatado Algún día), el retraso en su redacción y el sigilo mostrado al respecto por mi parte. Es comprensible temer que, de haber anunciado que iba al Bernabeu, este blog se habría colapsado con centenares o miles de comentarios –ya será menos, me autoapostillo– apiadándose de mí y murmurando que no sabía dónde me metía.
Ciertamente, ser merengón en la actualidad conlleva un grado de lástima que está a medio camino entre declararse fan de Locomía y estar enganchado a Michinoku. De hecho, no está el asunto para bromas, a tenor de lo comprobado en el antes y el después del encuentro. Pero el durante, desde luego, mereció mucho la pena.
Mi bagaje futbolístico en vivo y en directo se limitaba sólo a un anodino Extremadura-Eibar, saldado con un desangelado empate a cero. Por tanto, mis acompañantes (el inimitable Chimo y Aurelio, nuestro hombre en Madrid y augusto presidente becaril) dedujeron que presenciar un partido del Real Madrid contra el Zenit de San Petersburgo en el mismísimo templo pagano del Santiago Bernabeu sería la mejor experiencia de mi vida. Falso: todavía no he viajado a Baracaldo en metro ni han llevado a la gran pantalla las Páginas Amarillas de Albacete.
Aún así, la fugaz visita a la capital deparó un cúmulo de acontecimientos y tunantadas dignos de La ciudad no es para mí. Por vez primera fui a un Vips y a un Museo del Jamón; montamos una manifestación espontánea en la Puerta del Sol para protestar contra Espe; nos horrorizamos con Cortylandia y terminamos mezclando el "Somos balleneros" de Futurama con el himno de la Champions.
Otrosí, entre otros sucesos poco luctuosos, amagamos con vomitar en los vomitorios del estadio; deambulamos sin éxito por un medio desierto centro urbano antes de las doce para tomarnos un algo –qué daño hace Salamanca a nuestra concepción del ocio nocturno–; Aurelio no se abrazó a ninguna alubia gigante; Chimo casi intima con unos machotes rusos en el albergue y yo, en el piso de mis majérrimos anfitriones Mario e Ire, rezaba para que la enjutomojamutización de éstos no fuese más allá de la perturbadora foto de Michael Jackson con E.T. clavada en la pared.
¿El partido en sí? Pues tres a cero, golazo de Raúl incluido, lo cual llena de orgullo y satisfacción a un servidor de ustedes, uno de los últimos raulistas vivos.
Hala, ya lo dije. Y bien a gusto que me quedé.

lunes, 20 de octubre de 2008

el otro derby


Fue un fin de semana de derbys y clásicos. De hecho la mayoría de los blogs de fútbol han dedicado uno o varios artículos a hablar del Atlético-Real o del River-Boca. Pero, siendo realistas, llevamos pocas jornadas en España como para que el duelo madrileño sea decisivo (claro que, para el Atleti superar al rival ya entra dentro de lo obsesivo) y los enemigos porteños estabann demasiado mal en la clasificación como para que se viviera un clásico histórico.
El derby de la provincia de Alicante era otra cosa. La temporada acaba de empezar también en segunda, pero la clasificación de ambos equipos (Hércules en los puestos de arriba y Elche como colista destacado) ofrecía un morbo especial: invicto contra virgen en victorias, tranquilidad contra estreno (Claudio por Vidal) en el banquillo. Los de Alicante podían seguir en el ascenso y descolgar a su rival en el último puesto. Los ilicitanos podían empezar la remontada ganando en casa de su mayor antagonista.
El partido en sí, más allá de la tensión del resultado estuvo entretenido. Durante la primera parte ninguno de los dos equipos tuvo un control destacado, con pocas ocasiones claras, pero con un desarrollo divertido. En la segunda parte, el Elche dejó a un lado los miedos y los traumas y se fue para arriba. No consiguió ninguna ocasión realmente clara (salvo una del hasta ahora proscrito Caprari), pero dio una buena imagen y funcionó como equipo (sobre todo con un Santos que se ofrecía y desarrollaba el juego).
Al final, 0-0, un resultado feo (pero relativamente justo), para un derby entretenido (y lo más importante, las dos aficiones, de buen rollo para lo que suele ser la tensión de estos partidos). ¿Será éste el comienzo de una espectacular remontada del Elche? En Claudio confiamos.

domingo, 19 de octubre de 2008

¿Por qué sois del Atleti?

Desengañaos, colchoneros, no vais a ningún lado. Ya dejó de tener sentido la milonga de la mala suerte, de los contubernios, de manías infundadas o de gafe histórico. Y quitaos la careta de ser un humilde equipo del pueblo, no le quitéis ese honor al Rayito: a todos nos suena de algo el nombre de Atlético Aviación.
Hay momentos, sin embargo, en los que parece que hacéis las cosas mal aposta. Dos derbis seguidos dejándoos marcar a los treinta segundos, permitidme que os lo diga, no cuela. Como tampoco puedo creerme que Heitinga sea tan inocentón como para arrollar a un mostrenco como Drenthe en el último minuto, ni que el Barça os meta seis jugando a medio gas.
Quizás, en el fondo, nos tomáis por tontos al resto. Quizás sois una raza superior que, para no apabullarnos con vuestra supremacía, consentís ser derrotados en el noble arte del balompié para despistarnos y socavar los cimientos de la civilización occidental, del capitalismo y/o de la tortilla de boniato.
Vosotros mismos. Seguiréis siendo el hazmerreír de la humanidad fumbolera.

domingo, 28 de septiembre de 2008

cuando baje el pájaro liver


A falta de antiguas catedrales y castillos medievales, el Royal Liver Building es posiblemente el edificio más emblemático de Liverpool. De un vago estilo decó, destacan en él dos torres que encierran dos grandes relojes, rematadas por dos pájaros liver, el animal-símbolo de la ciudad. Los pajaritos, visibles desde muchos puntos de la ciudad (el edificio está en la entrada del puerto, en la zona más baja de Liverpool), se han hecho tan famosos que protagonizan muchas leyendas locales.
La más terrible dice que si los pájaros echan a volar, la ciudad dejará de existir. Otra más simpática cuenta que el liver que mira hacia el Mersey es hembra y está atenta a los marineros que llegan a Liverpool, mientras que el que mira hacia la ciudad es el macho, oteando los pubs abiertos. Y por supuesto, también hay historias relacionadas con el Liverpool FC, que no por casualidad lleva al pájaro en su escudo.
Para contar una de ellas debemos tener en cuenta que hasta la llegada del mítico Bill Shankly en 1959, los reds eran un equipo más. Es cierto que tenían cinco títulos de liga, pero ni mucho menos eran los dominadores en que se convertirían poco después. De hecho, Bill tomó al equipo en segunda división y tardaría un par de años en devolverlo al máximo nivel.
En el palmarés del club faltaba, por ejemplo, algo tan importante como una FA Cup y, con tantos fracasos acumulados año tras año, por la ciudad del Mersey circulaba (especialmente entre los seguidores del Everton) el comentario de que sólo conseguirían esta copa cuando los pájaros liver volaran y se fueran.
Por fin, en 1965, el Liverpool consiguió la famosa FA Cup. Y lo más inquietante es que la profecía resultó ser cierta: ese año los pájaros liver habían abandonado lo alto de la torre... para ser limpiados...