miércoles, 21 de mayo de 2008

luzhniki: el estadio de la final


El estadio de Luzhniki acogerá hoy la primera final de Champions disputada en suelo ruso. Luzhniki, que toma su nombre del barrio en el que se ubica, se llama oficialmente Gran Arena Deportiva, pues forma parte de un gran complejo deportivo (de ahí que también haya una Pequeña Arena) construido en la tierra formada por un meandro del Moscova y tiene capacidad para casi 85000 espectadores. De estilo bowl y pista de atletismo, tiene una estructura similar al Olímpico de Roma, con un único y enorme nivel de grada.
Sin duda, lo más llamativo de este estadio utilizado por el decadente Torpedo y el Spartak, aparte del techo instalado en los 90 (aquí sin techo), es ser uno de los pocos grandes campos con césped artificial. Sin embargo, para la gran final ha sido colocada encima una alfombra de césped natural, procedente de Eslovaquia, de la que, sin embargo, hay dudas sobre su comportamiento.

Luzhniki será un novato en finales de Liga de Campeones (no en la de la Uefa, ya que acogió la final de 1999), pero ni mucho menos es un estadio sin historia. Al contrario, su cronología es casi una metáfora del devenir de la Unión Soviética y de Rusia en las últimas décadas.
Luzhniki se inauguró en 1956, con el sugerente nombre de Estadio Central Lenin (de hecho, una estatua suya todavía preside sus alrededores) y un encuentro entre la selección soviética y la de China (nótese que todavía no había llegado el mal rollo entre ambas vías al comunismo). Su fama se hizo mundial cuando se convirtió en la sede principal de los Juegos Olímpicos de 1980, aquellos Juegos marcados por la guerra fría, la invasión soviética a Afganistán, el boicot... y Misha y el gran duelo entre Coe y Ovett en el medio fondo.
Otro signo de los tiempos: en 1989 el estadio acogió el Moscow Music Peace Festival, un macroconcierto de grupos de rock no del todo comunistas (Scorpions, Bon Jovi, Ozzy Ousborne,...), teóricamente como un paso en la lucha contra la droga, en la práctica como un símbolo de la apertura a Occidente. Ya saben: Gorbachov, perestroika, glasnost, acercamiento al otro bloque, cambios económicos y colapso final de la URSS.
La final de 2008 será quizás el gran escaparate para esta Rusia renacida, poderosa en lo económico (y débil a su vez por basarse en el gas), depredadora y cáustica en lo social y, sobre todo, inquietante en lo político. Pero, a fin de cuentas, lo cierto es que allí jugarán once contra once (y los suplentes)... si el césped aguanta.

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