la muralla escocesa

A principios del siglo II, el emperador Adriano mandó construir una larga muralla a pocos kilómetros de lo que es hoy la frontera entre Inglaterra y Escocia. En parte porque Adriano (un tipo nacido cerca de lo que sería Sevilla) era más tranquilo que su belicoso predecesor Trajano (excepto con los judíos), pero más allá de las personalidades, en general se acababan los tiempos de la gran expansión romana y la estrategia consistía en mantener y reforzar las fronteras, el limes que delimitaba el imperio. Los pueblos pictos que vivían en la parte norte de la Isla estaban presionando fuerte sobre las zonas romanizadas y, aunque no se esperaba una invasión masiva, construir una muralla tan enorme, de más de 100 kilómetros de largo, demostraba a fin de cuentas quién tenía el verdadero poder.
Resulta irónico que unos ocho siglos más tarde la historia se repitiera, aunque con los protagonistas cambiados: en una noche de mayo en Manchester fueran los escoceses del Glasgow Rangers los que levantaron su muralla defensiva alrededor de su portería en la final de la Uefa contra el Zenit de San Petersburgo. Cuatro defensas (Papac, Weir, Cuéllar, Broadfoot), un hombre justo delante de ellos (Hemdani), cuatro centrocampistas sin mucha intención de jugar en campo ajeno (Davis, Ferguson, Thomson y Whitaker) y arriba, peleándose contra todos, el delantero Darcheville.
La muralla había funcionado en las semifinales contra la Fiorentina, eliminatoria que se resume bastante bien diciendo que los dos partidos acabaron 0-0 y pasó Rangers gracias a los penalties. Y funcionó bastante bien contra el Zenit, que estuvo casi tres cuartos de partido rebotando contra la pared azul. Claro que, en el minuto 72, Arshavin metió un increíble pase en el único resquicio que existía para que Denisov pudiera marcar el primer gol.
No todas las murallas son pues impenetrables. La del Rangers no lo fue, aunque haya tenido un rendimiento excepcional llevando a su equipo hasta la final. La de Adriano posiblemente lo fuera, pero los romanos abandonaron las Islas para defender cosas más importantes.